La arena de cromita se utiliza por su alta resistencia térmica, capacidad de enfriamiento rápido y resistencia a la penetración de metales líquidos.

Su expansión térmica es uniforme y claramente inferior a la de la arena de sílice, por lo que se minimizan los problemas de aleteo.

La composición típica de la arena de cromita es: Cr2O3: 46%, FeO: 27%, Al2O3: 15% y MgO: 10%.

Es compatible con todos los sistemas de aglutinación y fundiciones de acero, siendo especialmente apropiado para fundiciones de aceros al cromo, cromo-níquel y manganeso.

En comparación con la arena de sílice, es menos reactivo con MnO, por lo que se reducen los problemas de calcinación.

La arena de cromita es compatible con todos los procesos químicos para moldes y machos. Actualmente se utilizan grandes cantidades de arena de cromita en la industria de la fundición para la fabricación de moldes y machos.

La arena de cromita es aplicable a todo tipo de aceros y muy apropiada para piezas de acero al cromo, cromo-níquel, manganeso.

La Arena de Cromita, tiene la ventaja sobre la arena de sílice de que es menos reactiva con el óxido de manganeso, reduciendo, así, los problemas de calcinación.